miércoles, 14 de marzo de 2007

Y en España asi están las cosas...

Cómo ser médico residente y trabajar tras 32 horas sin dormir
Los 20.000 especialistas en formación se movilizan para reivindicar mejores condiciones. Denuncian que se abuse de su juventud e ilusión. Sin su labor muchos hospitales se paralizarían
ISABEL PERANCHO

Yeray, R1 de Medicina de Familia de Pamplona.
Hartos del «chantaje emocional» al que, según afirman, les someten las administraciones sanitarias. Así se manifiestan los médicos internos residentes (MIR), protagonistas en los últimos ocho meses de una silenciosa movilización en demanda de mejoras laborales. «Se aprovechan de nuestra vocación para hacernos trabajar durante años de forma precaria. Pero no tenemos por qué sufrir para ser especialistas», denuncia Francisco Bujalance, vicepresidente de la Asociación MIR de Madrid (AMIRCAM).
'Llevo 32 horas sin dormir. ¿Te opero?' Es el polémico eslogan con el que los especialistas en formación decidían la pasada semana aumentar el tono de su protesta. La leyenda fue desmentida desde el Ministerio de Sanidad, que afirmó que «no se correspondía con la realidad», y criticada por alarmar a la población.
La respuesta de los MIR ha sido contundente. «No vemos inconveniente en cambiarlo por 'Llevo 30 horas sin dormir'. ¿Quieres que te trate tu infarto de miocardio, o tu hemorragia cerebral, o tu insuficiencia renal, o tu fractura de cadera, o tu accidente de moto...?, replica AMIRCAN.
Ésta es, más o menos, la realidad a la que se enfrenta el residente de primer año Yeray Cabrera, de 27 años, que se forma como médico de familia en el Hospital Virgen del Camino de Pamplona. Su jornada se inicia sobre las ocho de la mañana con una sesión en la que se discuten casos de pacientes. Tras un breve desayuno, visita a los enfermos ingresados en compañía de un tutor, un médico adjunto. Después, papeleo, valorar casos, pedir consulta con otros especialistas, pautar o cambiar medicación, anotar datos en las historias de los enfermos, pedir pruebas, recoger y valorar resultados de otras... «Si acabo más o menos temprano, aprovecho para mirar temas con el adjunto, revisar las revistas en internet...», relata Yeray. La jornada finaliza sobre las tres de la tarde.
Pero entre cinco y siete días al mes, ésta se prolonga hasta las ocho de la mañana del día siguiente. Es la guardia y, como residente de familia, le toca la más dura: en las urgencias. «Recibimos al paciente en la puerta, sólo si tenemos duda llamamos al adjunto. ¿Dormir? Difícilmente. Intentamos partir la noche y hacer turnos, pero los del primero apenas pueden», dice.
Para muchos, las primeras luces de la mañana no significan un alivio: empalman con la jornada siguiente. «Está recogido que por necesidades del hospital se puede prolongar y eso es lo que sucede con frecuencia. Nos vemos obligados. ¿Cómo aguantamos? Mi droga contra el sueño es la ilusión, pero por mucho interés que tengas, no puedes estar bostezando delante del paciente. ¿Hasta qué punto es eso formativo? Si no duermes, la memoria no se fija. Es absurdo, no te enteras», opina.
«Ayer [por el martes] entré en el quirófano a las 10 de la mañana y salí a las 12 de la noche por una microcirugía maxilofacial muy complicada. Paramos sólo para comer y cenar. No he estado de guardia, pero casi. Los martes siempre tenemos prolongación, es decir, cirugías que van más allá de las tres de la tarde. Además, hago cinco o seis guardias nocturnas al mes, aunque tengo más suerte que los de urgencias y puedo dormir si no llegan pacientes quirúrgicos», relata David López, residente de tercer año de cirugía maxilofacial del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
A cambio de su trabajo recibe una media de 850 euros de sueldo base al mes, que puede crecer hasta 1.100 o 1.200 con las guardias, hasta hace poco remuneradas a tres o seis euros la hora. «Una hora de cirugía al precio de una o dos cañas de cerveza», compara David.
«Somos los que paramos el primer golpe en el hospital, pero nos tratan como el último de la fila», se queja Bujalance, residente de tercer año de cirugía general, de rotación en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. «No hay otro profesional con este nivel de responsabilidad que trabaje así. Las exigencias que nos imponen por las necesidades sanitarias generan un déficit en nuestra formación. Nos quieren para sacar el trabajo adelante», apostilla.
Este fue el motivo que provocó la huída de Manuel Vicó a Portugal, tras 'quemarse' en el año y medio que estuvo como residente de medicina de familia en el Hospital de Baza (Granada). «Era insoportable. Había querido ser médico desde niño, pero me desilusioné completamente», admite. Ahora es feliz como residente de cuarto año en anestesiología en el Hospital Sao Teutonio, en Viseu, a una hora en coche de la frontera española: «Animaría a hacer las maletas. Aquí se respetan las horas de trabajo. Hacemos una guardia semanal de 12 horas diurnas y el resto se paga como hora extra. No hay noches, las hacen los especialistas,el sueldo es mayor y... todavía nos respetan».

Aqui es donde yo pongo un pero en las palabras de este colega de Viseu, en su caso, no hace guardias nocturnas, lo que no es igual en todas las especialidades, puesto que en la mía, no solo hacemos guardias nocturnas, sino que son "obligatorias" 2 por semana, por necesidades del servicio.
Que siempre va a ser mejor q la situación actual en España, pero también es importante contar con más opiniones.
http://www.elmundo.es/salud/2007/701/1173481205.html

martes, 6 de marzo de 2007

PRIMERA GRAN CRISIS

Dicen que en momentos de tempestad hay que mantener la calma, se supone que debo mantenerla, pero no puedo, necesito un giro de 180º en todo esto...Hoy ha sido la ultima gota, realmente el vaso ya se estaba desbordando hace un tiempo, pero hoy ha sido la gota que ha caido directamente fuera. Resulta que además de tener que andar rogando a tu querido jefe, que te deje hacer cursos, o ir a congresos, o diversas actividades...a lo q en mi caso él responde, con un sutil " no pueden ir todos", que te dan ganas de decirle, "hijoputa di, q no puede ir la española" , pero que el resto si...Lo dicho, nunca podré equipararme a mis otros colegas, porque no me dejan andar, me paran los pies cuando pretendo hacer algo...el problema: me he cansado.
La última, por la cual estoy asi; debido a mi iniciativa, me inscribo en un curso postgrado ofertado por la Universidad de Valladolid ( www.uva.es) , con poca fama para los portugueses, solo conocen Salamanca. Se lo comenté por el tema de unas prácticas, a lo que primero me puso cara rara, es oir España, y les sale sarpullido, Postgrado en España...me dice, de España no vale para el CV ningun curso, ala jodete!!! ...ante lo cual, te indignas, y bastante. Evidentemente parada no me voy a quedar y me voy a buscar la ley donde sea...
En resumen, no me dejan hacer cursos, los que hago yo en mi tiempo libre, tampoco me valen por ser españoles...No vaya a ser que quede por encima de ellos...AYS, estoy en una fase de crisis y de las graves, mi primera GRAN CRISIS, de la especialidad, coincidiendo con el fin del 1º año. Se aceptan soluciones, propuestas...

jueves, 1 de marzo de 2007

Día a día

Y empieza la vida de residente, con sus reuniones de planta, sus visitas clinicas...para mi además de un coñazo , un poco terror, porq intentan cazarte por algún lado, primero, no m entienden, tengo q andar repitiendo todo veinte veces, con lo q m quema de una manera...y luego lo dicho, a buscarte el error, q en mi caso, siendo una "pardilla" recien metida en un hospital, pues lo tienen bastante fácil. Algo importante a tener en cuenta, el "ego" puede verse damnificado...no es q pueda, es q va a ser un hecho...pero supongo q en España con los residentes es igual.
En las reuniones , simplemente comentamos los pacientes q tenemos, los que están internados en otras plantas, y poco más, si hay alguna novedad...También depende del día, se hace lo q ellos llaman el "journal club" , q es comentar un artículo científico que hayas leído. Las sesiones de servicio son menos frecuentes, siendo siempre criticadas por "un comité de expertos", a la par que las historias clínicas que te mandan hacer, muy minuciosas, no lo dudo, y también extremamente criticadas.
El trabajo en planta es rutinario, ver los pacientes, pedir las pruebas que sean necesarias, alterar las tablas terapeuticas, y poco más. Despues, tenemos una consulta externa, dos tardes por semana, además de 1-2 urgencias de 12 horas ( eso es un beneficio de aqui, además del sueldo ).